¿Cómo cambia su relación con sus padres después del matrimonio?
Casarse es un cambio de vida enorme y emocionante. Se están embarcando en una nueva vida juntos y están dando sus primeros pasos hacia su futuro como pareja casada. Una cosa que seguramente cambiará al entrar en esta nueva fase de su vida es la relación con sus padres.
Ver a su hijo casarse es agridulce para muchos padres. Después de todo, fuiste todo su mundo durante mucho tiempo, y ellos fueron tuyos. Ahora estás cambiando de lealtad por así decirlo. No es de extrañar que las relaciones con los padres puedan convertirse rápidamente en una fuente de estrés en el matrimonio.
Sin embargo, no tiene por qué ser así. Es posible navegar su nueva relación con sus padres con positividad y respeto.
Estas son algunas de las formas clave en que cambiará la relación con tus padres después del matrimonio y lo que puedes hacer para mantener la relación sana.
Tus padres ya no son tu principal apoyo emocional
Durante muchos años, tus padres fueron uno de tus principales apoyos emocionales. Desde besar rodillas despellejadas cuando era niño y estar allí durante los dramas escolares, hasta apoyarlo mientras ingresaba a la universidad o al trabajo, sus padres siempre han estado allí para ayudarlo.
Después de casarte, tu cónyuge se convierte en una de tus fuentes clave de apoyo y el cambio puede ser un desafío para ti y tus padres.
Por el bien de su matrimonio, adquiera el hábito de acudir primero a su pareja y anímelo a hacer lo mismo. Sin embargo, tus padres no tienen que sentirse presionados: haz un tiempo regular para tomar un café o una comida y ponerlos al día con lo que está sucediendo en tu vida.
Te vuelves más autosuficiente
El matrimonio representa dejar el nido y volverse más autosuficiente. Por supuesto, este no es el siglo XVII y lo más probable es que no abandone literalmente el hogar de sus padres por primera vez, ¡ni se espera que las mujeres sean obedientes mientras los hombres ganan todo el dinero!
Sin embargo, incluso si ha sido económicamente independiente y vive fuera de casa durante años, el matrimonio todavía representa un cambio psicológico. Tus padres aún pueden amarte y apoyarte, pero es hora de dejar de depender de ellos.
Honre este cambio reconociendo que sus padres no les deben nada, ni ustedes les deben nada, para que puedan conocerse como iguales.
Los límites físicos se vuelven más importantes
Tus padres están acostumbrados a tenerte a solas de vez en cuando y, por supuesto, la familiaridad puede generar cierta falta de límites. Después del matrimonio, el tiempo de usted y su cónyuge les pertenece a ustedes mismos, a los demás y a sus hijos en primer lugar, y a sus padres después.
Este puede ser un ajuste difícil para los padres. Si te encuentras apareciendo sin previo aviso, viniendo por una tarde pero excediendo su bienvenida, o asumiendo que los alojarás durante una semana de vacaciones, algunas cosas deben cambiar.
Establecer límites claros en torno a tu tiempo y espacio te ayudará a manejar las expectativas y a mantener una relación saludable con tus padres. Sea sincero sobre cuándo y con qué frecuencia puede verlos, y cúmplalo.
Tus prioridades cambian
Tus padres están acostumbrados a que seas su principal prioridad, y están acostumbrados a ser uno de los tuyos. Darse cuenta de que su cónyuge es ahora su principal prioridad puede ser difícil incluso para los padres más amorosos.
Esto puede generar resentimiento, interferencia o malos sentimientos entre sus padres y su cónyuge.
Una comunicación clara puede ser de gran ayuda aquí. Siéntese y tenga un buen corazón con sus padres. Hágales saber que debe poner a su cónyuge en primer lugar, pero que aún los ama profundamente y los quiere en su vida.
Muchos problemas se reducen a la inseguridad por parte de tus padres a medida que se adaptan a tu nueva dinámica, así que esfuérzate por trabajar juntos en esa inseguridad. Sea firme pero amoroso al establecer límites y ofrezca mucha tranquilidad de que no lo están perdiendo.
Los problemas financieros se convierten en una zona prohibida
Lo más probable es que tus padres estén acostumbrados a participar en tus decisiones financieras al menos hasta cierto punto. Tal vez le hayan prestado dinero antes, o tal vez le hayan ofrecido consejos sobre trabajos o finanzas, o incluso le hayan ofrecido un lugar para alquilar o una participación en el negocio familiar.
Después de casarse, esta participación puede generar tensión rápidamente. Las finanzas son un asunto que usted y su cónyuge deben abordar juntos sin ninguna interferencia externa.
Esto significa cortar los resortes del delantal en ambos lados. Debes establecer buenos límites con tus padres en cuanto a cuestiones financieras. Sin peros ni peros: los problemas financieros son una zona prohibida. De la misma manera, debe recurrir a su cónyuge con problemas financieros, no a sus padres. Es mejor no aceptar préstamos o favores a menos que realmente deba hacerlo, ya que incluso los gestos más bien intencionados pueden convertirse rápidamente en puntos de discusión.
Una relación cambiante con tus padres es inevitable cuando te casas, pero eso no tiene por qué ser algo malo. Con buenos límites y una actitud afectuosa, puedes construir una relación sólida con tus padres que sea saludable para ti, ellos y tu nuevo cónyuge.
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