Separación de seis meses: cómo hacer que funcione

Hoy en día, muchas parejas se involucran en una separación de seis meses guiada y mediada por un terapeuta, con el objetivo de restaurar la relación.

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Hoy en día, muchas parejas se involucran en una separación de seis meses guiada y mediada por un terapeuta, con el objetivo de restaurar la relación.

La separación solía ser una palabra aterradora, ya que significaba que los dos básicamente se habían divorciado.

Pero, como muchas parejas descubrieron por su cuenta, y como nos revela la psicología, un tiempo separados puede, de hecho, volver a unir a la pareja. No obstante, existen buenas y malas formas de hacerlo.

¿Cuándo es el momento perfecto para una separación de seis meses?

La respuesta corta es: no existe un momento universalmente perfecto para tomar esa decisión.

Todas las parejas son diferentes. Todas las personas involucradas en la relación son diferentes. Y todos los problemas que hacen que sus matrimonios se desmoronen son diferentes. Pero, lo que es más importante, no todos los matrimonios se beneficiarán (o se salvarán) de dicha separación terapéutica.

Hay muchas parejas cuyos problemas no requieren una separación. Ni siquiera ganarían nada con un movimiento tan radical. La separación de seis meses es ideal para aquellas parejas que ya probaron todo lo demás. Para aquellos que ya no pueden comunicarse bien, especialmente para aquellos que solo parecen intercambiar insultos.

O, para matrimonios en los que una aventura ha sacudido sus cimientos y permanecer juntos todo el tiempo solo aumenta las luchas.

Idealmente, la separación ocurrirá en algún punto intermedio entre intentar otros medios menos invasivos para reparar la relación rota y el momento en que no hay nada más que salvar.

¿Cómo saber cuándo es eso? Aquí es donde interviene un terapeuta.

Tras las sesiones individuales y conjuntas con la pareja, un terapeuta evaluará los pros y los contras y recomendará una separación cuando sea el momento adecuado.

Las reglas de una separación terapéutica de seis meses.

No todas las separaciones serán terapéuticas para la pareja, aunque todas tienen el potencial de ser

No todas las separaciones serán terapéuticas para la pareja, aunque todas tienen el potencial de serlo.

Lo que marca la diferencia entre una separación beneficiosa y una definitiva es cómo se pasa el tiempo de separación. Si se usa para revisar de manera constructiva los problemas del matrimonio que causaron fricciones (o caos), la separación puede ser lo mejor que le ha pasado a la pareja.

Sin embargo, si las cosas se dejan por inercia o empeoran por cualquier medio, puede, de hecho, ser el paso final antes de un divorcio. Por eso se aconseja una orientación profesional.

Idealmente, las reglas se discutirán con un terapeuta o un mediador antes de la separación.

Ambos cónyuges expresarán directamente sus expectativas del proceso y declararán lo que esperan lograr como resultado final. De lo que se debe hablar abiertamente es de la frecuencia, los medios y la forma de comunicación durante la separación. Lo mismo ocurre con si los cónyuges se verán y cómo se verán.

Uno de los temas más comunes y, por lo general, lo primero que se discute es: otras personas.

Románticamente, sexualmente o simplemente conociendo a otros hombres y mujeres. La separación no es un divorcio. No elimina los votos a los que se ha comprometido la pareja. Aunque, en casos raros y solo cuando ambos socios están de acuerdo, esta también es una opción.

Al igual que con otros principios de este movimiento terapéutico, el punto está en el mutuo acuerdo entre los cónyuges.

Vea también: Las 6 razones principales por las que su matrimonio se está desmoronando

Qué puede ganar la pareja con la separación

La separación cuando el matrimonio es frágil suele parecer aterrador y contradictorio para la mayoría de las parejas. Y por lo general es el socio que está más comprometido en salvar la relación el que no se siente cómodo con la separación al principio. Tienden a aferrarse al matrimonio, a la rutina y al cónyuge, sin importar cuán malsana sea su forma actual de interacción.

Sin embargo, cuando, con la ayuda de un terapeuta, ambos miembros de la pareja acuerdan tomarse un tiempo separados, hay varias formas en las que seis meses de separación pueden marcar una diferencia positiva en el matrimonio.

En primer lugar, los cónyuges pueden reconectarse consigo mismos, con sus deseos, intereses e individualidad. Como tales, pueden volver a acoplarse como un acto de amor y libre albedrío, en lugar de un hábito o miedo.

Aparte de este autodesarrollo y examen de conciencia, la pareja debe usar este tiempo para trabajar en sus debilidades como pareja. Las habilidades de comunicación siempre deben reevaluarse y practicarse con una guía profesional. Finalmente, al tomarse el tiempo para pasar en soledad y alejarse de la rutina tóxica, la pareja puede desarrollar una forma más consciente de interactuar, libre de viejos resentimientos.

Quién no debería participar en una separación terapéutica

Como dijimos antes, no todos se beneficiarán de una separación terapéutica de seis meses.

Los terapeutas que utilizan esta herramienta desaconsejan implementar dicha intervención para las parejas que han experimentado repetidas violaciones de confianza antes, o cónyuges extremadamente inseguros, o para aquellos que realmente no tienen la intención de volver a estar juntos una vez que la separación haya terminado.

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