8 razones por las que debería probar la terapia de crianza compartida
En este articulo
- Redefine los roles de los padres
- Mantiene a la familia como un escenario de comodidad y seguridad en lugar de caos.
- Plataforma de comunicación
- Límites saludables entre los individuos
- Aprendizaje efectivo, sanación y crecimiento.
- Alcanzar la madurez social
- Desarrollo de habilidades organizativas
- Impacto en la salud física, mental, emocional y psicológica del niño
La terapia de crianza compartida ofrece una plataforma para que los padres cooperen y compartan la responsabilidad de ayudar a criar a sus hijos, sirviendo como base para la resolución de conflictos y la reconciliación entre los padres para lograr un objetivo común: una mejor crianza.
Las mejores estrategias de crianza tienen un efecto positivo en los niños, reformando sus personalidades y superando sus miedos, lo que finalmente los ayuda a convertirse en ciudadanos responsables de la sociedad.
Aborda el efecto de posibles problemas en los niños, como el divorcio o la separación entre los padres, las diferencias individuales, la violencia doméstica, el abuso, el estado mental postraumático y el estado emocional y de comportamiento acompañado de cualquier incidente importante.
La terapia de paternidad compartida destaca el desarrollo infantil a través de la mediación, el asesoramiento y el acuerdo de los padres sobre prácticas comunes.
Las siguientes son 8 razones por las que debe probar la terapia de crianza compartida
1. Redefine los roles de los padres
La razón principal de la terapia de crianza compartida es reestructurar el papel de los padres para ayudar a los padres a asignar sus derechos, reconocer sus deberes y abordar asuntos legales, financieros y de manutención infantil.
Es la herramienta más poderosa para criar bien a sus hijos de manera efectiva mientras comprende las principales responsabilidades de los padres.
Lo más importante en este sentido es trabajar el nivel de conflicto en vuestra relación, dejar de lado vuestras vendettas personales y satisfacer las necesidades de vuestros hijos.
2. Mantiene a la familia como un escenario de comodidad y seguridad en lugar de caos.
Aunque la terapia de crianza compartida puede parecer una lucha para la mayoría de los padres al borde de la separación o el divorcio, no se puede negar su importancia en la configuración de la vida de un niño.
Los niños de familias rotas a menudo son propensos a la angustia, la adicción o la inestabilidad emocional.
Las sesiones de terapia de crianza compartida ayudan a los padres a identificar sus obstáculos, aliviar la tensión y mantener un ambiente saludable de colaboración para interactuar con sus hijos y hacerlos sentir dignos de atención para que no sufran aislamiento.
La participación de ambos padres en la vida de un niño les brinda recursos valiosos como amor, tiempo, dinero, atención y tutoría y mantiene un sentido de pertenencia.
3. Plataforma de comunicación
La terapia de crianza compartida ofrece información sobre cómo expresar sentimientos, preocupaciones y problemas tanto para los padres como para los niños. Ayuda a los padres a trabajar juntos para asegurar el amor y el apoyo a sus hijos.
Las habilidades de comunicación efectiva aseguran que ambas partes se comuniquen positivamente, negocien, resuelvan conflictos, se comprometan y hagan el trabajo en equipo necesario para mantener unida a la familia.
La comunicación es la clave para permanecer conectados y compartir experiencias juntos.
4. Límites saludables entre individuos
Los niños requieren reglas, límites y consistencia para ser adultos responsables y saludables. Por lo tanto, la paternidad compartida es beneficiosa para reorganizar su vida a fin de establecer límites saludables entre las personas.
Ayuda a los padres a ponerse en sintonía, seguir algunos puntos en común, aceptar las condiciones actuales y trabajar en lo que se debe y no se debe hacer por el bien de sus hijos.
También asegura arreglar abolladuras emocionales y ser respetuoso con los límites.
5. Aprendizaje efectivo, sanación y crecimiento.
La terapia de crianza compartida tiene una gran influencia en la vida de un individuo.
Funciona en ambos sentidos para los padres y los niños en términos de crecimiento, curación y seguir adelante con las relaciones actuales y explorar nuevas dimensiones de la vida.
Los padres aprenden a compartir deberes para llevarse bien y avanzar en la sociedad. El resultado es tener niños emocionalmente resilientes que son sensibles cuando se trata de sus propias relaciones y están dispuestos a asumir los riesgos apropiados en el futuro.
También aprenden a poseer buenos modales y valores éticos y, a menudo, son de naturaleza sensible.
La terapia de paternidad compartida proporciona un entorno de aprendizaje para que los padres críen bien a sus hijos e interactúen positivamente y contribuyan a la sociedad, superando así los estigmas sociales.
Como resultado de ello, los niños aprenden a disminuir su tensión emocional ligada a la separación de los padres.
Desarrollan estilos de apego seguro y adquieren confianza y madurez social al sentirse amados y seguros.
7. Desarrollar habilidades organizacionales
A medida que los niños interactúan con ambos padres, deben recibir apoyo y aprecio.
De esta forma aprenden a transitar con seguridad entre dos hogares diferentes respetando los límites, siguiendo las reglas, adaptando el entorno reestructurado y ganando consistencia en ambos hogares.
En última instancia, esto los lleva a desarrollar sólidas habilidades organizativas y un sentido de liderazgo en el futuro.
8. Impacto en la salud física, mental, emocional y psicológica del niño
Uno de los elementos más importantes en la terapia de coparentalidad es ayudar a los padres a respetar los derechos de sus hijos.
Tienen derecho a tener una mejor relación con ambos padres para convertirse en adultos responsables y exitosos. Deben ser tratados con amor y sus necesidades, sentimientos e ideas deben ser satisfechas, expresadas, comunicadas y atendidas.
Necesitan ser atendidos. Darles a los niños sus debidos derechos es necesario para que estén en buena forma física, mentalmente estables y emocionalmente fuertes.
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